Tags y las Redes Sociales: El ciclo de consumo

Tags y las Redes Sociales: El ciclo de consumo
Jimena Castillo.
Hashtags: la simplificación de conceptos para que "quepan" dentro del tag. 

Las etiquetas en las redes sociales, mejor conocidas como hashtags, son solamente eso: una herramienta para describir de qué se trata lo que estás consumiendo. Son muy útiles para encontrar asuntos que vaya de acuerdo con tus intereses y que, si generas tu propio contenido, llegue a la audiencia adecuada. Pero también trae varios problemas siendo el principal de ellos la simplificación de conceptos para que "quepan" dentro del tag. Por ejemplo, cuando buscas un buen maquillaje, no buscas “maquillaje punk rojo con negro, delineador gráfico, chapas naranjas y labio fuerte”, sino que buscas “maquillaje punk” o “maquillaje rojo” y ves las distintas opciones. 

Otro de los inconvenientes de los hashtags es que pueden transformar a los generadores de contenido de una persona a un producto. Sus manierismos, su forma de ser y actuar, la vida entera del individuo se convierte en lo que la gente desea poseer. Y es en eso en lo que se convierten muchos de los que buscan hacer carrera como “influencers”: gente que vende la idea de una vida perfecta con tal de obtener ganancias monetarias, popularidad o mayor reconocimiento. 

Estos dos problemas juntos generan un panorama poco alentador sobre lo que ahora son las redes sociales: los usuarios no solo pierden muchísimo tiempo y energía en la inmensidad de las redes, también consumir textos, audios y videos de redes en una era en la que la persona es el producto, hace que te simplifiques como persona,  y te veas como alguien completo con opiniones e intereses varios, eres una “morra de los plumones-punk-vegana-crochetera-cinéfila”. La sobre-simplificación de las cosas hace que perdamos de vista lo lindo que es ser personas únicas y también nos hace perdernos a nosotros. 

Cuando vemos a la gente que usa las mismas etiquetas que nosotros haciendo algo, sentimos la necesidad de cambiar esa parte de nuestra personalidad para “hacerlo bien” o encajar. Pero al mismo tiempo, seguimos un modelo en el que se hacen esas cosas para venderse mejor y obtener más vistas con base en estereotipos y elementos comerciales que atraen a la gente, sin importar si estos son buenos o malos. 

Todo esto genera un ciclo de consumismo donde las personas pierden partes de su humanidad, como la capacidad de cometer errores o tener opiniones propias, para poder justificar su visión de sí mismos y el deseo de tener una vida “bien lograda”. Las presiones, la idea de la perfección y todas las pautas que tiene que seguir quien esté en la vista pública se convierten en las reglas de calidad que tienen que cumplir para que el "producto" se siga vendiendo en las redes dejando de lado la individualidad y, en muchos casos, la importancia de ser uno mismo.

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