Calladita te ves más bonita

Calladita te ves más bonita
María Buenrostro
Desde niñas, nos enseñaron que hablar demasiado es un problema, pero ser callada es una virtud.

Hoy 8 de marzo, un día más en el calendario para millones de personas. Pero para nosotras,  representa mucho más que eso. Es un recordatorio de todas esas veces que nos dijeron que nuestra voz no importaba, que nuestras palabras eran irrelevantes y que mejor nos quedáramos calladas.

“Calladita te ves más bonita” cientos de veces hemos escuchado esta frase, o al menos en diferentes formas, “no seas contestona”, “hablas mucho”, “provocas demasiado a los demás”, “gritas demasiado”, “te ríes muy fuerte”, “tú no sabes, yo te explico”, “las niñas no deben hablar así”, “tu opinión no importa” y podría seguir la lista con miles de frases,  miles de frases que disfrazadas de consejos, tan solo buscan silenciarnos.

Desde niñas, nos enseñaron que hablar demasiado es un problema, pero ser callada es una virtud. Nos premiaron por ser discretas, por no interrumpir y por supuesto, por saber cuándo guardar silencio. Porque una mujer que habla fuerte, que sabe defender su opinión, sus valores y cuestiona a los demás cuando están equivocados, es una mujer que incomoda. 

Pero, ¿por qué nuestra voz incomoda tanto? Porque cuando una mujer alza la voz, expone las verdades incómodas que nadie quiere escuchar, mucho menos los que se benefician de nuestro silencio. Porque alzar la voz significa cuestionar, señalar injusticias y exigir cambios. Generalmente, cuando lo hacemos, la respuesta de las personas es que “estamos exagerando”, “que no es para tanto” o simplemente “a nadie le importa”.

Hablar tiene consecuencias. No solamente es el hecho de ser ignoradas, es el peso de ser señaladas, juzgadas y castigadas por hacerlo. Es la etiqueta de “exagerada” cuando exigimos respeto, “dramática” cuando denunciamos una injusticia, y “difícil” cuando nos negamos a hacer algo que no queremos. Nos hacen sentir culpables por hablar, a temer nuestra propia voz, porque una mujer que habla demasiado no es la ideal.

Nos dijeron cómo vestirnos, cómo comportarnos, cómo hablar y, sobre todo, cuándo callarnos. Pero ya no. Ya no pedimos permiso, ya no bajamos la mirada, ya no aceptamos que nos digan cómo “nos vemos más bonitas” si es el precio es nuestro silencio. No estamos aquí para ser un adorno, estamos aquí para ser escuchadas.

Este 8 de marzo sal a gritar. Grita por todas las veces que te dijeron que estabas exagerando. Por todas todas esas veces que te hicieron dudar de tu voz y de ti misma. Por todas aquellas que no pudieron gritar antes que tú y por todas aquellas que nunca más lo podrán hacer. Grita por ti y por todas las demás. Que nos teman, nos vean y nos sientan. Por que si calladas somos bonitas, gritonas somos cabronas.

audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/165.216