Levanta la cabeza

¿Qué te preocupa? ¿Qué te emociona? ¿Qué pendiente has procrastinado? ¿Qué plan grandioso se te ocurre?
Viajar es una experiencia que nos permite descubrir nuevos lugares, pero también puede ser un momento de introspección. Durante mi reciente viaje a España, tomé el metro con la intención de ir al centro, pero era un camino un poco largo, 1 hora y me encontré en una situación curiosa: no quería usar mi teléfono porque iba a visitar un par de lugares entonces para que la pila no se gastará decidí simplemente observar a mi alrededor, quien entraba en el tren, quién salía, que traían puesto o en qué estación se bajaban.
Lo que empezó como un ejercicio de contemplación pronto se convirtió en un viaje en los laberintos de mi propia mente.
Al principio, intenté centrarme en cada pasajero. Las estaciones sucedían rápidamente. Sin embargo, mi atención después se centró en algo más, estaba terriblemente aburrida.
Fue entonces cuando mi mente empezó a divagar en ese mismo concepto, el aburrimiento.
La tecnología nos ha acostumbrado a estar constantemente ocupados, siempre mirando una pantalla o interactuando con algo. Pero en ese tren, sin la opción de refugiarme en mi teléfono, me vi obligada a sumergirme en mi mundo interior. Me di cuenta de que, a menudo, evitamos la introspección por miedo a lo que podríamos encontrar. Pensamos en problemas sin resolver, en sueños que hemos postergado, en emociones que no hemos procesado pero luego, le damos solución a ciertos pendientes.
También me pregunté cuántas veces otras personas en ese mismo tren habrían pasado por algo similar, a donde quiera que yo volteara había pasajeros metidos profundamente en su teléfono. ¿Cuántos pasajeros estarían reflexionando sobre sus propias vidas en ese mismo instante?
La mente es una herramienta poderosa. Nos permite recordar, soñar, crear y resolver problemas. Cuando se le da el espacio suficiente para divagar, puede llevarnos a lugares inesperados, tanto en lo emocional como en lo creativo. No es casualidad que muchas de nuestras mejores ideas surjan en momentos de quietud. Es en la pausa donde la imaginación se expande y las conexiones surgen de manera natural.
Para la siguiente ocasión, decidí llevarme un libro para evitar el tedio. Sin embargo, mientras pasaba las páginas, un recuerdo de la pandemia llegó a mi cabeza. Aquellos días de encierro en los que el tiempo parecía avanzar a un ritmo diferente, donde el aburrimiento se convirtió en una oportunidad al mismo tiempo que se convirtió en un desafío. Fue en ese periodo cuando mi mente, en busca de algo nuevo, me llevó a explorar actividades como los diamond paintings, tocar la guitarra y la pirografía. Nunca antes había considerado probarlas, pero la necesidad de ocupar mi tiempo me abrió la puerta a un mundo de creatividad inesperada.
Entonces, te invito a que levantes la cabeza de ese electrónico y te aburras. ¿Qué te preocupa? ¿Qué te emociona? ¿Qué pendiente has procrastinado? ¿Qué plan grandioso se te ocurre? ¿A dónde quieres ir? Permítete el tiempo de explorar tu mente, sin prisa, sin miedo. Tal vez descubras algo que habías olvidado o encuentres una respuesta que llevabas tiempo buscando.
